La gran burguesía

Los que producen el aguardiente

y luego dicen que no hay que aumentar el sueldo

a los campesinos

porque todo se lo van a gastar en aguardiente.

Los que en la vida familiar

hablan exclusivamente en inglés

entre cuadros de Dubuffet y cristales de Bohemia

y fotografías tamaño natural

de yeguas traídas de Kentucky y de Viena

y nos cobran diariamente en sudor y sangre

su doloroso despertar cotidiano

en este país de indios sucios

tan lejos de New York y París.

Los que han comprendido que Cristo

si se miran bien las cosas

fue realmente el Anticristo

(por todo eso de amaos los unos a los otros

sin distinguir entre los pelados y la gente decente

y esto de los cristianos primitivos conspirando

en la complicidad de las catacumbas

y de la agitación contra el Imperio Romano

y el pez tan parecido al martillo y la hoz)

y que el verdadero Cristo nació en este siglo

y se llamó Adolfo Hitler.

Los que votan en El Salvador

por el Presidente electo de los Estados Unidos.

Los que propician la miseria y la desnutrición

que produce a los tísicos y a los ciegos

y luego construyen

hospitales tisiológicos y centros de rehabilitación de ciegos

para poderlos explotar

a pesar de la tuberculosis y la ceguera.

Los que no tienen patria ni nación aquí

sino sólo una finca

que limita al noreste con Guatemala al norte con Honduras

al sureste con el Golfo de Fonseca y Nicaragua

y al sur con el Océano Pacífico

en la cual finca los americanos han venido

a montar algunas fábricas

y en donde poco a poco han ido surgiendo

ciudades pueblos villas y cantones

llenas de brutos que trabajan

y de brutos armados hasta los dientes que no trabajan

pero mantienen en su puesto

a los brutos que trabajan.

Los que dicen a los médicos y a los abogados y a los arquitectos

y a los agrónomos y a los economistas y a los ingenieros

que quien a buen palo se arrima buena sombra lo cobija

y que hay que hacer cada año Códigos Penales más drásticos

y hoteles y casinos iguales a los de Miami

y planes quinquenales iguales a los de Puerto Rico

y operaciones civilizadoras

consistentes en eliminarles la mancha azul del culo

a los distinguidos señores y señoras

y regadíos que lleven la poquita agua de todos

exclusivamente hacia la tierra donde crece

ese buen palo que tan buena sombra da

sobre todo a quienes no están profesionalmente dispuestos

a dar vela en el entierro a tanto jediondo y a tanto descalzo.

Los que para tener libertad de prensa

y derechos constitucionales

compraron diarios y radios y plantas de TV

con todo y periodistas y locutores y camarógrafos

y compraron la constitución política con todo y

Asamblea Legislativa y Corte Suprema de Justicia.

Los que para dormir seguros

no pagan el sereno de la cuadra o del barrio

sino directamente al Estado Mayor Conjunto

de las Fuerzas Armadas.

Los que

efectivamente

tienen todo que perder.

Roque Dalton

 

The Bourgeoisie

Those who produce liquor

and then say it's not necessary to increase the salary

of the peasants

because they're going to spend it all on booze.

Those who speak with their families

exclusively in English

amidst Dubuffet paintings and Bohemian crystal

life-sife photographs

of mares brought back from Kentucky and Vienna

and charge us daily in sweat and blood

for their painful routine awakening

in this land of dirty Indians

so far from New York and Paris.

Those who've understood, that if one looks

deep enough, Christ

was really the Antichrist

(for all that stuff about loving one another,

without distinguishing between the penniless and the decent

and all this stuff about those primitive Christians conspiring

in the complicity of catacombs

and about the agitation against Imperial Rome

and the fish so like the hammer and sickle)

and that the true Christ was born in this century

and was named Adolf Hitler.

Those who vote in El Salvador

for the president-elect of the United States.

Those who propagate misery and malnutrition

producing tuberculosis and blindness

and then build

tuberculosis hospitals and rehabilitation centers for the blind

to be able to exploit them

in spite of tuberculosis and blindness.

Those who have neither homeland nor nation here

but only real estate

bounded in the northeast by Guatemala in the north by Honduras

in the southeast by the Gulf of Fonseca and Nicaragua

and in the south by the Pacific Ocean

to which real estate Americans have come

to build factories

and in which little by little

cities, villages, villas and hamlets have grown

full of working brutes

and brutes armed to the teeth who don't work

but keep the working brutes

in their place.

Those who tell doctors and lawyers and architects

agronomists economists and engineers

that if you hang around power it will rub off on you

and that every year there must be more drastic Penal Codes

and hotels and casinos like those in Miami

and five-year plans like those for Puerto Rico

and civilizing operations

consistent with eliminating the blue mark on the asses

of distinguished ladies and gentlemen

and irrigation canals to carry the little bit of water there is

exclusively to the land where that power resides

that's so good to be around,

above all to those not professionally disposed

to take a stand in favor of so many stinking and barefoot ones.

Those who, to have freedom of the press

and constitutional rights,

bought newspapers radios and TV stations

including journalists broadcasters and camera people

and bought the political constitution

with the Legislative Assembly and the Supreme Court of Justice

thrown in.

Those who, in order to sleep safely,

don't pay the nightwatchman of the block

but directly pay the Joint Chiefs of Staff

of the Armed Forces.

Those who

in effect

have everything to lose.

translated by Jack Hirschmann


(Picture: Portrait of the Bourgeoisie, David Alfaro Siqueiros)